Sunday, June 5, 2011

Cuento No.1


Desperté esta mañana, estabas respirando calidamente junto a mi hombro, no es que haya podido dormir por completo, el simple hecho de tenerte junto a mi, me inhibe las ganas de hundirme en un sueño profundo para abandonar mis sentidos.
El calor de tu cuerpo mantiene el mío alejado del frío. Me pregunto que estarás soñando, así que te miro detenidamente, noto tus labios entre abiertos respirando al mismo ritmo, la tranquilidad en tu rostro me hace sonreír despreocupadamente.
Me escabullo entre las sábanas intentando no despertarte, pero me abrazas con fuerza y me besas la frente, el cuello, los labios, con esa ternura, solo tuya.
Recuerdo el día en el que nos conocimos, cómo desde un principio tus ojos me ataron abrasadoramente a tu rostro. No podía dejar de mirarte, pero cuando me mirabas no resistía tanta intensidad, tanta miel incandescente derramándose en esa mirada... tanto...
Y cuando me miraste de cerca, cómo mi cuerpo entero temblaba de emoción, en una exhalación, me comí al mundo. Intenté tranquilizarme. Tu lo notaste, no me di cuenta.

Decidiste hablarme.

Así la historia de mi vida cambió drásticamente. Te convertiste en mi aliento de las mañanas, en el pensamiento de mis días completos, en la sonrisa, en las caricias que sólo imaginaba en soledad.

Sueño contigo, escucho tu voz. Siempre hay una parte de ti en mi. Mi paso por el mundo está rodeado de tus recuerdos. Has atravesado conmigo las calles que deambulé en soledad, añadiendo tu hermosa sonrisa a las vitrinas de las tiendas de música que yo solo miraba por fuera.

Cuando me dijiste te quiero, me desvanecí por dentro. Las palabras se hundían en mis oídos, como las notas más bellas de una sonata.

Y cuando me dijiste con timidez te amo, una sinfonía, completa desgarró mis sentidos, atrayéndome a tus labios en un desmayo, al embriagarme con tu dulzura.

El tiempo se extiende a nuestros pasos, con la danza de la luna.

Me haces sentir tantas cosas que no sabía existían.

Cada día me enamoro más del tono de tu voz, de tus expresiones cándidas, de tus regaños a mis caprichos, de la manera den que me abrazas, y como siento que tus brazos son el sitio más seguro del mundo, mi rostro hundido en tu cuello respirándote lo mayor posible, para intentar contener tu aroma en mi, para guardarlo en los cajoncillos principales de mi memoria, y sacarlo de vez en cuando. Cuando te extraño profundamente.

No puedo esperar a tenerte conmigo.

Sentado en la mesa de siempre con las manos sobre tu rostro, el cigarrillo encendido, consumiéndose. Los ojos cerrados con fuerza, murmurando palabras que no comprendo.
Escuchas el sonido de mi cascabel, levantas la cabeza. La sonrisa en tu rostro ilumina la habitación. Me acercó a ti, te he extrañado tanto, froto mi rostro contra el tuyo, mientras ríes de felicidad. Pero hay algo diferente en tus ojos.
El cielo comienza a llorar. Sus lagrimas caen en el pavimento con rudeza poética. El viento hace volar las hojas desordenadas en el escritorio, intento que no les tomes importancia, ahora una lágrima corre por tu rostro. Todos lloran, yo no sé como hacerlo. Me miras de nuevo con suavidad, inclino mi cabeza hacía un lado mientras me acaricias...

Lo siento... dices. Todo se vuelve una locura.

Te marchas bajo la lluvia con cajas y solo me ha quedado una camisa tuya tirada en el suelo... mi favorita por que la usaste el día en el que nos encontramos. Tiene tu olor impregnado, duermo cada noche con ella desde que te marchaste.

Recuerdo las noches en las que dormía sobre tu pecho. Las revivo en este mismo momento. cuando me contabas todos tus secretos y mis orejas puntiagudas se embelesaban con el ir y venir de tu voz.

¿Regresarás pronto, verdad?

Paso las tardes mirando por la ventana. Espero verte caminar hacia la entrada con una sorpresa para mí, no quedan muebles que rasguñar, me afilo en el marco de la ventana mientras espero.
No has regresado, y una mujer ha traído sus cosas, me ha aceptado con ella, me trata con cariño y me ha puesto un apodo muy mono, no dejo de creer que un día regresarás por mi.

Todo será como antes.

Dormiremos juntos, respirarás sobre mi espalda, calentaras mi cuerpo en el invierno, me contarás tus secretos, yo te alegraré con el sonido de mi cascabel, aunque ya lo he perdido. Deberás comprarme otro ¿vale? Te prometo que no me iré de aquí para que puedas encontrarme. Quiero sentir de nuevo que no sólo soy un gato, que puedo cambiar al mundo si yo lo quiero y que nada más me importa si puedo mirarte a los ojos una vez más.


Te Amo.




Letter to a dream…

Just now when the moon is my only companion, with her glimmering rays the wind whispers every letter of his name and with each one there i...